Eres como ahogarse, revivir,
y vivir amando en el mar, como un invierno que se transforma en
primavera. Y yo ya nos siento floreciendo.
Solían decirme que los
mejores momentos son los comienzos, y estoy empezando a pensar que me
mintieron. Me miro ahora, y mi yo del pasado no me creería si le
contase lo que siento ahora. No sé tu, pero yo soy afortunada y
feliz, porque descubrí que la piel del monstruo estaba hecha de
flores. Y aún así, quise encontrar las espinas y tus pétalos para
conocerte y quererte, y desde luego que los encontré, e igual que tú
descubrí que no todo es flotar en nubes, que todo vaya bien y que no
existan diferencias. Esas diferencias y lo que cada uno siente nos
hace lo que somos, y si hemos conseguido conectar tan bien, no
podemos ser tan malos.
Y bueno, ahora te quiero,
mañana tal vez siga haciéndolo, y sigue siendo gracioso que me
pregunten el por qué de cantar en la ducha o bailar delante del
espejo, si no te han leído en braille en una habitación a oscuras o
no me han escuchado reírme a carcajadas estando sola en mi cuarto.
Mi vida también fue una
mancha negra en un lienzo en blanco,
pero alguien me llevó al museo
y me llamó arte.
Quizá sólo se trate de
encontrar a quien te sigue mirando cuando tu cierras los ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario