¿Qué mejor forma de comenzar una primavera que lloviendo?
Pero no una lluvia torrencial. No hay truenos ni relámpagos, solo lluvia, de esas que te limpia el alma y el mal genio, que te hace olvidar que tu no abrazabas, tu taladrabas el alma (y no, no hay nostalgia). Borré las cicatrices que dejaste en mi para poder crear otras nuevas.
Es tiempo de evolución, y cada latido me dice que un nuevo día se acerca, aunque es posible que persistan los nubarrones.
Ya no te quiero, mi amor, ahora me quiero.
Pero si esto que siento no son mariposas.. Será la primavera.
Que extraño se me hace esto de ser feliz. Aunque sin duda lo peor es sonreír al imaginarme besando una sonrisa ajena y descubrir unos ojos que te miran cuando creen que tu no lo haces. Es curioso volver a manías antiguas, verse reflejada en otro espejo que no es el tuyo, y no sentirte desnuda ni desvalida, sino segura. Algo así como... ¿querida?
Que grande me viene todo esto, cuando las mariposas se reproducen sin parar, y mas que una caricia agradable, parece una jauría de leones hambrientos.
El amor, qué gran metáfora sin sentido.
Es tiempo de crecer y quererse. Mirarse y sentirse orgulloso de uno mismo, porque un día mas le has ganado a la tristeza y al karma, y aquí sigues.
El peligro de sentir de verdad en un mundo de mentira. Al fin y al cabo, algunos tienen un alma demasiado bonita para este mundo de mierda, el cual recorrería hasta el final de sus días, pero siempre de tu mano, siempre al pie del cañón.
No la sueltes.
Pétalo a pétalo se acaba memorizando una rosa. Y tan inhibido lo tenia su fragancia y su reflejo, que cuando por fin tuvo una en su mano, la deshojó y dejó en el suelo.
Solo se escuchó: - mentirosa.
¿Acaso es eso? ¿Somos juguetes de nadie y dueños de todos?
Qué vacío tan intenso, si hasta parece haberse tornado en emoción.
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