"El olvido es una disciplina sin geometría. El amor consiste en una cara donde quedarse a vivir, un dolor que no se va con aspirinas. Es un poema gris.
Ningún poema sirve para explicar el vacío que despedirse arroja sobre los muelles del mundo.
Eres demasiado como para abarcarte con palabras.
A veces no es que el mundo sea triste, sino que son mis ojos los que albergan la tristeza con que lo miro y que empapan todas las cosas que me rodean. Yo sé que la melancolía me pertenece, y que quizá nadie se de cuenta de ningún tipo de tristeza, pero lo que tengo claro es que el hecho de que sigas durmiendo tan lejos de mi es lo más triste que le ha pasado al amor en toda su vida.
Resulta agotador que en nuestras cabezas siempre tenga que ser todo para siempre y que existe un amor capaz de transformar en madera las cenizas. Pero, a veces, apetece fundir dos soledades en una sola y construir un mundo desde el principio, como si la historia no contase y el tiempo y el espacio no estuviesen ahí.
Quisiera decirte que todos los finales eres tú, no escribir cien veces un mensaje antes de mandarlo para acabar diciendo nada, decirte que estoy cansado de estrellar mi cuerpo contra tu ausencia y que del maletero reventado de mi vida sólo quedan cartas de amor sin entregar.
Se empezó a cumplir esa extraña teoría de que el amor son vasos comunicantes donde uno quiere y el otro se deja querer. Y yo, que tantas veces te esquivé, empecé a quererte. Vamos, lo normal.
Quisiera envolver mi tiempo en el papel de la alegría, envolverlo contra la humedad de las cosas que ya no pueden cambiar, y salir al mundo como la chica de la tarta y olvidar, por unos minutos, mi contrato a jornada completa con mis inseguridades.
No es que en mi cartelera solo proyecten "la historia del hombre que anochece", o que el mundo se haga el dormido y no me escuche, es solo que me parece que la felicidad es una pila recargable, y desde que hablé con ella no encuentro el ladrón.
Y aún así, me temo que lo importante nunca soy capaz de explicartelo. Pero echar de menos es renunciar al presente.
El día pasará y la vida seguirá, ganarán y perderán lo mismos, y quizás, si eres paciente (y te perdonas), la vida deje de ser ese autobús que se escapa justo cuando llegabas a la parada".
viernes, 8 de enero de 2016
jueves, 24 de diciembre de 2015
Hoy la paz mundial es secundaria para mi.
"Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría, Que me encanta mirarte y que te hago mío con solo verte de lejos. Que adoro tus lunares y que tu pecho me parece un paraíso. Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser". Julio CortázarPobre poeta endiablado, que ya conocía el significado del amor y le quitó la gracia a ese juego frenético que es el buscarle significado incluso cuando parece que no existe. Pero qué me van a enseñar a mi, que recién levantada, tirada en la cama retorciéndome de dolor, aunque sea Navidad, sin poder levantarme y únicamente con ganas de ver el mundo desde el cristal de mi ventana, si me dices que hay un hueco a tu lado, me inventaré una manera de volar hacia allá, aunque sea solo en sueños.
En ningún momento he afirmado que el amor sea posesión, porque eso no es amor, es necesidad, sin embargo, es bonito pensar que si te enamoras de una persona, una parte esa esencia se queda contigo, aunque sea solo metafóricamente, y puede que sea lo que me está pasando ahora, que te quiero, simple y llanamente.
¿Será, entonces, que el amor son metáforas que solo uno mismo entiende y sueños en una cama fría?
Podría estar días e incluso meses argumentando por qué el amor puede tener casi más caras malas que buenas, pero hoy no. Podría decirte que me da vergüenza admitir que hay días en los que no puedo mirarme al espejo, que aunque me adore, me tapo siempre en las fotos por miedo a descubrir que no soy como pienso, y que soy capaz de idealizar hasta a una roca, pero hoy no.
Hoy, ojerosa por estar cansada de dormir poco, floja por las cosas que solo las mujeres entenderían, y triste por echarte de menos a ti y a otros que ya no están, y a otros que ni si quiera estando están, te digo que quiero quererte, y que si para eso tengo que quererme a mi primero y siempre antes que a ti, lo haré, aunque a veces sea difícil y extraño, porque creo que mereces la pena. Que voy a luchar por lo que quiero llegar a ser y porque mis padres estén orgullosos de mi y porque un día me mire sin vergüenza ninguna y me quiera sana y plenamente.
Este es mi deseo de Navidad, porque nunca pido nada y me lo merezco: quiero llegar a ser feliz, y ojala sea contigo, y quiero no dejar de crecer nunca, que ser niña es un asco.
jueves, 10 de diciembre de 2015
Mujer dormida
19:21
Me
olvidé de vivir.
Tengo
que empezar a aceptarme como soy.
Y
es fácil de decir, lo hacemos constantemente, pero todos sabemos que
es una serpiente que se muerde su propia cola y al final se devora a
si misma.
Quiero
ser libre y mía, quiero no pertenecer a nadie que no sea yo y crecer
muchísimo, ampliar mis
vivencias y aprender de ellas. Quiero fallar
tantas veces como pueda, quedarme tirada en lo más profundo de esa
espiral y llorar a mares, porque creo que soy increíblemente bonita
cuando lloro por algo que me importa o me duele (porque los ojos que
lloran son sinceros; las lágrimas si son el espejo del alma), para
acto seguido levantarme y seguir cayéndome hasta aprender que las
rocas del camino nos las ponemos nosotros mismos porque una línea
recta era demasiado poco confusa como para ser una vida que vivir.
Soy la chica que nunca se fiará por completo de nadie, porque nunca confiaré en los que me miran a los ojos y son capaz de desnudarme sin tocarme.
Tengo
que dejar de buscar la aprobación de los demás y empezar a
comprenderlos mejor. Siempre he intentado imponerme ante todo, y de
alguna manera desatar las cuerdas que nosotros mismos nos hemos atado
al cuello, pero siempre está la mano que te ayuda y aprieta más el
nudo: los que no te dejan expresar, sentir y vivir, los que nos
imponen los cánones y las reglas a seguir y se aseguran de que
ningún cordero salga del redil. ¿Cómo luchar contra eso, si
incluso nuestros compañeros de rebaño nos callan?
Cuanto más veo, menos sé y más tengo que dejar ir, y creo que tampoco es esa la fórmula.
Quiero
llegar a querer de verdad y que lo que me han enseñado no influya
para nada: no quiero ser la sumisa ni la dominante, no quiero que una
persona sea mi mundo ni enamorarme hasta morir por ello como Romeo.
No quiero este amor enfermizo que nos venden los libros y las
canciones de amor que nos hacen pensar en la persona amada hasta
volvernos locos, ni quiero que me maltraten o me critiquen por una
orientación sexual o por una forma de ser en la cama. Deseo que no
me impongan un rol con mi pareja, que pueda ser como soy y que me
acepten tal cual, que quieran a mis defectos como a mis virtudes y no
intenten cambiarlos ni criticarlos, pero si discutirlos y estudiarlos
para mejorar como pareja y como persona. Quería simplemente abrazar,
no para sentirme llena ni completa, porque cada uno somos una única
naranja, sino porque es un modo de descubrirse ante alguien y
mostrarle que, aunque sea una posición vulnerable porque le estas
mostrando tu corazón, puede acercarse, tocarte y que su olor te haga
feliz. Tan simple como eso.
Y
que si se acaba el amor, que por lo menos haya valido la pena
coincidir.
Conseguiré amar con el corazón, el alma y la cabeza para querer mejor y de verdad.
Conseguiré amar con el corazón, el alma y la cabeza para querer mejor y de verdad.
(Y
CUANDO DIGO “QUIERO”, ESTOY DICIENDO “VOY”).
20:36
lunes, 30 de noviembre de 2015
Lunes, 23.46
Te quiero lo suficiente como para, algún día, llegar a odiarte.
Hace tanto que soy el mismo perro dando vueltas y vueltas para morderme la cola, que creo que en alguna de esas me caí y no me levanté; solo puedo lamerme las heridas y revolcar sobre mi misma. Ahora soy la chica que se oculta tras unas palabras bien escogidas desde la seguridad de su cama.
Quiero que me conozcas y mantenerme siempre en el anonimato, lo quiero todo y nada. Soy una estúpida ahogada en qué dirás y si te irás. No hay espacio para el vacío dentro de mi, y sin embargo siempre me falta algo: tu, yo, mis ganas, quién sabe.
Lo que yo digo, metáforas y mas adivinanzas. Siempre sostendré que quien tuvo suerte en este reparto fui yo y nunca al revés.
Sé que te escribo muchísimo, lo tengo mas que presente, pero de verdad que creo que un día de estos te esfumarás como lo hace un sueño de tu mente nada mas despertarte: de repente, y dejando una sensación que te llena y vacía a partes iguales: tan dulce como el momento antes de quedarte dormido y tan amarga como cuando huelo tu colonia y sé que no eres tu quien está pasando a mi lado.
Lo divertido de todo esto es que eres una meta difícil que rompió todos mis esquemas de actuación. Sabes que a veces me quedo estancada en el pasado, y es algo que intento arreglar con todas mis fuerzas, te lo juro que si, pero sigo buscando la seguridad que creía tener en las palabras bonitas de una boca mentirosa y el calor de unos brazos que no me sostenían, sino que me atrapaban.
No eres así, y aunque sé que es bueno, me confunde. Desacostumbrarse de lo malo es duro.
Es que imagínate cómo ha sido, que llegaste y te llevaste contigo hasta mi complejo de altura. Ahora, a pesar de medir un metro sesenta mal contado, me siento gigantesca cuando me rio como una niña de cinco años contigo. Irónico, ¿verdad?
Creo que te quiero lo suficiente como para tener miedo de que te vayas, de que sea demasiado intensa y te hartes como lo haría cualquiera. Porque no nos vamos a engañar, soy eso, un metro sesenta que se ríe de tus tonterías. Y sin embargo me prometí a mi misma que iba (y que voy) a ser algo bueno para ti, que te haga crecer pero que sigas siendo un niño. No puedo darlo todo, porque vacía no soy nada, pero si intento dejarte lo mejor que tengo, para por lo menos llegar a ser un recuerdo bonito, o gracioso, o algo, simplemente algo.
Querría quererme tanto como espero que lo hagan los demás, y tal vez ese sea mi error, esperar que me hagan polvo para después soplar. Hay que entender que al amor en libertad también le gusta la compañía.
Hace tanto que soy el mismo perro dando vueltas y vueltas para morderme la cola, que creo que en alguna de esas me caí y no me levanté; solo puedo lamerme las heridas y revolcar sobre mi misma. Ahora soy la chica que se oculta tras unas palabras bien escogidas desde la seguridad de su cama.
Quiero que me conozcas y mantenerme siempre en el anonimato, lo quiero todo y nada. Soy una estúpida ahogada en qué dirás y si te irás. No hay espacio para el vacío dentro de mi, y sin embargo siempre me falta algo: tu, yo, mis ganas, quién sabe.
Lo que yo digo, metáforas y mas adivinanzas. Siempre sostendré que quien tuvo suerte en este reparto fui yo y nunca al revés.
Sé que te escribo muchísimo, lo tengo mas que presente, pero de verdad que creo que un día de estos te esfumarás como lo hace un sueño de tu mente nada mas despertarte: de repente, y dejando una sensación que te llena y vacía a partes iguales: tan dulce como el momento antes de quedarte dormido y tan amarga como cuando huelo tu colonia y sé que no eres tu quien está pasando a mi lado.
Lo divertido de todo esto es que eres una meta difícil que rompió todos mis esquemas de actuación. Sabes que a veces me quedo estancada en el pasado, y es algo que intento arreglar con todas mis fuerzas, te lo juro que si, pero sigo buscando la seguridad que creía tener en las palabras bonitas de una boca mentirosa y el calor de unos brazos que no me sostenían, sino que me atrapaban.
No eres así, y aunque sé que es bueno, me confunde. Desacostumbrarse de lo malo es duro.
Es que imagínate cómo ha sido, que llegaste y te llevaste contigo hasta mi complejo de altura. Ahora, a pesar de medir un metro sesenta mal contado, me siento gigantesca cuando me rio como una niña de cinco años contigo. Irónico, ¿verdad?
Creo que te quiero lo suficiente como para tener miedo de que te vayas, de que sea demasiado intensa y te hartes como lo haría cualquiera. Porque no nos vamos a engañar, soy eso, un metro sesenta que se ríe de tus tonterías. Y sin embargo me prometí a mi misma que iba (y que voy) a ser algo bueno para ti, que te haga crecer pero que sigas siendo un niño. No puedo darlo todo, porque vacía no soy nada, pero si intento dejarte lo mejor que tengo, para por lo menos llegar a ser un recuerdo bonito, o gracioso, o algo, simplemente algo.
Querría quererme tanto como espero que lo hagan los demás, y tal vez ese sea mi error, esperar que me hagan polvo para después soplar. Hay que entender que al amor en libertad también le gusta la compañía.
sábado, 21 de noviembre de 2015
Mi cama y sus historias
Si nunca te has visto dormido, ocupando la cama entera y casi tirándome de ella, soltando pequeños ronquidos en medio de la noche, con tu cuerpo buscando algo de aire porque soy incapaz de dormir destapada. Si nunca has visto lo que es tu brazo buscando mi cuerpo, tus tembleques cuando te quito la manta porque acostumbro a tenerla siempre para mi, mi cuerpo buscando el calor del tuyo, las maniobras para darme la vuelta y no despertarte o cuando simplemente te miraba y divagaba sobre tus sueños. Si no te has visto sonreír, no podrás entenderme.
Nunca te responderé a tus "¿qué?" cuando me quedo mirándote. Magia lo llaman. Absurdo. Es que tengo tantas cosas que no sé decirte que no encuentro un modo mejor de expresarlo que no decir nada y quedarme en silencio. Ojala algún día entiendas que mi manera de demostrar felicidad es mirar a los ojos sin temor a que me devuelvan la mirada.
Quiero aclarar algo, no estoy cayendo en el error de idealizarte, porque sé qué fallos tienes, y sé que la mayoría no se puede corregir. Estoy comprendiendo que se puede aprender de ellos, igual que yo aprendo de los míos. Estoy descubriendo que la timidez no me lleva a ninguna parte, que tomar la iniciativa no es malo, que sonreír es muy fácil, que la confianza se gana, cuesta horrores y da mucho asco, que no puedo pretender conocer a una persona si no me conozco yo primero, que es posible ser positivo en un mundo con tonos tan grises, y que me aterra quererte.
Siempre intento poner mi mejor cara de dolida e indiferencia o de enfado cuando intentas molestarme con un comentario, y sin embargo al final acabo no sé como pegada a ti riendo a carcajadas. Sigo intentando ser interesante para ti porque me he propuesto no aburrirte, quiero que mis padres y mi hermana vean en ti lo que veo yo y así dejar de sentirme tan incomprendida porque a veces ni sé ya lo que siento.
No quiero agobiarte, pero para mi ha sido siempre todo tan rápido que no conozco otra cosa, eso tendrás que perdonármelo. También que sea una angustias con todo, y un poquito llorona, que sea a veces tan pesadísima que hasta yo me doy cuenta.
Pero supongo que si no te has ido ya será que no soy tan mala como me decían.
Y si, te seguiré diciendo que tienes una sonrisa increíble, y unos ojos... En fin, realmente sabes todo lo que te quiero decir, te lo hayas creído ya o no, pero yo seguiré haciéndolo, y eso tendrás que perdonármelo también.
Nunca te responderé a tus "¿qué?" cuando me quedo mirándote. Magia lo llaman. Absurdo. Es que tengo tantas cosas que no sé decirte que no encuentro un modo mejor de expresarlo que no decir nada y quedarme en silencio. Ojala algún día entiendas que mi manera de demostrar felicidad es mirar a los ojos sin temor a que me devuelvan la mirada.
Quiero aclarar algo, no estoy cayendo en el error de idealizarte, porque sé qué fallos tienes, y sé que la mayoría no se puede corregir. Estoy comprendiendo que se puede aprender de ellos, igual que yo aprendo de los míos. Estoy descubriendo que la timidez no me lleva a ninguna parte, que tomar la iniciativa no es malo, que sonreír es muy fácil, que la confianza se gana, cuesta horrores y da mucho asco, que no puedo pretender conocer a una persona si no me conozco yo primero, que es posible ser positivo en un mundo con tonos tan grises, y que me aterra quererte.
Siempre intento poner mi mejor cara de dolida e indiferencia o de enfado cuando intentas molestarme con un comentario, y sin embargo al final acabo no sé como pegada a ti riendo a carcajadas. Sigo intentando ser interesante para ti porque me he propuesto no aburrirte, quiero que mis padres y mi hermana vean en ti lo que veo yo y así dejar de sentirme tan incomprendida porque a veces ni sé ya lo que siento.
No quiero agobiarte, pero para mi ha sido siempre todo tan rápido que no conozco otra cosa, eso tendrás que perdonármelo. También que sea una angustias con todo, y un poquito llorona, que sea a veces tan pesadísima que hasta yo me doy cuenta.
Pero supongo que si no te has ido ya será que no soy tan mala como me decían.
Y si, te seguiré diciendo que tienes una sonrisa increíble, y unos ojos... En fin, realmente sabes todo lo que te quiero decir, te lo hayas creído ya o no, pero yo seguiré haciéndolo, y eso tendrás que perdonármelo también.
lunes, 16 de noviembre de 2015
El amor romántico y sus mitos
Publicación en: Tu Manifesto (Facebook)
Antes
de comenzar, querría decir que soy una gran defensora del amor, los
detalles bonitos y las cursilerías, pero comienzo a asustarme,
porque parece que el amor que nos intentan vender no es tan verdadero
como nos lo pintan. Hablo siempre desde mi opinión personal y mi
experiencia, y si te sientes identificada/o con este texto, lo
siento. Y eso es lo que vengo a reivindicar, más amor de verdad y
menos cuentos.
Estoy
harta de la maldad del mundo, de su aire viciado y su olor a
cigarrillo, de sus barrios podridos y de los fantasmas de su gente
(esas que, mas que personas, son bichos asquerosos con un disfraz de
carne, como dijo Kafka).
Últimamente la maldad y la guerra le ganan terreno a la felicidad. Los inviernos son cada vez más largos, y las golondrinas ya no volverán a poner sus nidos en los balcones, porque la primavera pasada ahogaron a todos sus pollitos. Ese pobre artista trágico ahora se gana la vida robando, cuando no va drogado o borracho. Los niños ya no tienen inocencia, se la arrebatan nada mas nacer. Los jóvenes ya no se enamoran, porque el amor ahora se esconde en las alcantarillas, asustado por las bocas que lo nombran. Ahora se poseen, se anulan, y nace el mito del amor romántico y sus medias naranjas. Cuántas veces nos habrán vendido un futuro perfecto, ese “para siempre” que deseas oír salir de su boca, que hace que nuestro presente deje de ser ese regalo del que pocos disfrutamos, y pase a convertirse en un momento anulado por ese futuro no tan nítido ni tan inmediato como quisiéramos. Cuántas veces por esto mismo nos hemos visto anulados de nuestro propio ser porque en tu cabeza solo existe espacio para esa persona. Es como que tu corazón nació sólo para acoger a esa persona tan especial que te promete que el futuro cambiará, que todo estará bien y que el mal no existe si estáis juntos. Tantísimos “eres mío”, “mi pareja es mi vida”, “no soy nada sin él/ella”… Demasiada idealización y cuento hay hay metido. No pertenecemos ni nos pertenecen, porque podrías poseer aquello que conoces, y si alguien cree que se conoce, o que conoce a alguien, que haga un juicio de valores y me critique, porque nunca he llegado a entenderlo. He aquí mi duda, ¿idealización puede ser sinónimo de infelicidad? ¿Cuando esperamos demasiado y nos defraudan, te duele o aprendes?
Últimamente la maldad y la guerra le ganan terreno a la felicidad. Los inviernos son cada vez más largos, y las golondrinas ya no volverán a poner sus nidos en los balcones, porque la primavera pasada ahogaron a todos sus pollitos. Ese pobre artista trágico ahora se gana la vida robando, cuando no va drogado o borracho. Los niños ya no tienen inocencia, se la arrebatan nada mas nacer. Los jóvenes ya no se enamoran, porque el amor ahora se esconde en las alcantarillas, asustado por las bocas que lo nombran. Ahora se poseen, se anulan, y nace el mito del amor romántico y sus medias naranjas. Cuántas veces nos habrán vendido un futuro perfecto, ese “para siempre” que deseas oír salir de su boca, que hace que nuestro presente deje de ser ese regalo del que pocos disfrutamos, y pase a convertirse en un momento anulado por ese futuro no tan nítido ni tan inmediato como quisiéramos. Cuántas veces por esto mismo nos hemos visto anulados de nuestro propio ser porque en tu cabeza solo existe espacio para esa persona. Es como que tu corazón nació sólo para acoger a esa persona tan especial que te promete que el futuro cambiará, que todo estará bien y que el mal no existe si estáis juntos. Tantísimos “eres mío”, “mi pareja es mi vida”, “no soy nada sin él/ella”… Demasiada idealización y cuento hay hay metido. No pertenecemos ni nos pertenecen, porque podrías poseer aquello que conoces, y si alguien cree que se conoce, o que conoce a alguien, que haga un juicio de valores y me critique, porque nunca he llegado a entenderlo. He aquí mi duda, ¿idealización puede ser sinónimo de infelicidad? ¿Cuando esperamos demasiado y nos defraudan, te duele o aprendes?
En
otro orden de cosas y siguiendo este razonamiento, ¿qué somos? Para
la persona, poseedor o poseído, solo una armadura que destrozar,
como diría una buena amiga, tan solo un cuerpo vacío, un simple
objeto para hacer feliz al otro, cuando esta felicidad normalmente es
inalcanzable, produciendo una desvirtuación del ser, convirtiendo al
poseedor en un monstruo (sin autoestima, con ansias de poder, que en
es se basa la posesión) que se come a este ser hueco, ente, por
llamarlo de alguna manera. Por tanto olvidate de tu orgullo, que será
el ser amado el que siempre tenga la razón, vaya a ser que lo
pierdas. Y aquí viene la perlita, la frase estrella: “Pero, si te
hace daño, ¿qué haces con él/ella? ¿Acaso no lo ves?”.
Queridos lectores, no somos estúpidos, claro que lo vemos, pero
llega un momento que es tal la abstracción y la necesidad que te
llega a dar igual (habla, por desgracia o por fortuna, la voz de la
experiencia). Pondré un ejemplo para ilustrarlo: imaginaos que
vuestra vida pudiera esquematizarse con fotos en una pizarra:
aparecerían tus amigos, tus hobis, tu familia, tu mascota… Y tu,
en todo el centro, que es quien importa. Pues bien, a medida que este
proceso avanza, hablando de relaciones tóxicas idealizadas por la
idea del amor romántico, esa persona que ocupa todo tu tiempo va
cogiendo esas fotos y rompiéndolas una por una, a veces te das
cuenta, otras no, y al final eres tu mismo quien rompe las fotos, ¿no
parece irónico? Te obliga, de alguna manera a quererle, te convence
de que entiende tu sufrimiento, te promete que terminará con todos
los monstruos del mundo, con el hambre y las guerras también, el
único requisito es que no te vayas, nunca.
Chirriante.
Acabas de firmar tu sentencia de muerte.
Y
llegamos, para mi, al peor bulo, mito o cuento sobre el amor
romántico: las medias naranjas. Pensemos un poco, si ya de por si es
complicado soportarse a uno mismo en un buen día y mas aún en uno
malo, ¿porque tenemos que nacer pensando que somos la mitad de un
todo que se fragmentó y perdió, y que nuestra vocación debe ser
intentar encontrarla y unirnos para completarlo? ¿Qué locura es
esa? Si cada persona es un mundo, y cuando dos mundos se unen, se
destrozan para crear algo nuevo. No me habléis de mitades, que
suficiente tenemos ya con los fragmentos que vamos perdiendo por el
camino.
Menos
mal que hemos conseguido curarnos.
Y
el amor
llegó, e hizo que la maldad y la guerra se acostaran con la paz. Los
inviernos aún siguen siendo largos, pero ya no nieva en los picos de
la montaña. Nuestro artista ahora es un pobre enamorado, y Cupido
dispara a sus anchas, a ver si hay suerte esta vez. Los niños siguen
buscando su inocencia, pero al menos llegan al mundo llorando porque
es
el sentimiento más puro y sincero que existe, y
qué mejor que sentir intensamente.
El amor sigue confuso, porque ahora se comparte, se tira, o arde en
una sola noche, porque el amor es correr en sentido contrario a tus
cicatrices. Joder, ahora merece la pena vivir, y lo haría solo por
verte pasar por mi cama.
Eso es para mi el amor. Esto es lo que me hace sentir. Cura mis inviernos y amansa mis primaveras y sus tormentas, llevándose consigo mis miedos. Ahora el artista soy yo, y me enamoré de la vida, aunque aún me dura la resaca.
Eso es para mi el amor. Esto es lo que me hace sentir. Cura mis inviernos y amansa mis primaveras y sus tormentas, llevándose consigo mis miedos. Ahora el artista soy yo, y me enamoré de la vida, aunque aún me dura la resaca.
domingo, 1 de noviembre de 2015
Por culpa de la poesía
Septiembre y sus finales nos traerá nuestros principios. Eso diría un poeta, y seguramente solo él lo entendería.
La poesía es solo una enorme mentira, pero qué bonita es. La lluvia te hace sentir aquello que parecía dormido, ¿acaso no es eso más poesía que la propia poesía?
Solo quiero ser lo que te escribo, lo que quiero decir sin decirlo (que es, corazón cobarde, que quiero que alguien llegue a sentir como yo lo hago, de la manera más pura y más bonita que conozco, con lágrimas en los ojos, muchos mocos y una sonrisa estúpida en la cara, porque así es como quieren los niños pequeños, sin prejuicios y con todo su corazón). Que me quieran de verdad, a pesar del frío y la lluvia y más allá de lo que dejo ver de mi.
Volver a confiar en alguien es aterrador, sobretodo en un periodo tan corto de tiempo, pero no es culpa mía, lo juro, es que a mi corazón le vuelven loco los ojos bonitos como los tuyos, los más sinceros que ha visto en mucho tiempo, y no tiene nada mejor que hacer que salir corriendo detrás de ellos, siempre intentando agradarles, y dejarme aquí con un hueco tan grande que no sé ni que hacer con el.
Ahí fuera esta tronando, y parece que algo se ha roto aquí también. He recuperado a mi musa.
Sé que eres causa y efecto, que apagas y enciendes la llama cuando te da la gana, y eso cariño, quema el doble. En realidad todavía no sé quien eres, pero cuando vuelvas a casa, piel con piel, mente con mente, escarbando en ti profundamente, como se descubren los diamantes, voy a intentar averiguarlo. Quiero que no te arrepientas de mi, y en definitiva, quiero ser algo más que una silla ocupada en una clase enorme donde nadie se entera de nada (y sé que odias que piense así, pero con los tiempos que corren, no hay forma de cambiarlo).
Sigo sin entender el por qué de este miedo que tengo a que te vayas y te lleves contigo todo lo que doy y te daría si me dejases. El cielo es algo parecido al olor de tu tabaco desde que llegaste.
La poesía es solo una enorme mentira, pero qué bonita es. La lluvia te hace sentir aquello que parecía dormido, ¿acaso no es eso más poesía que la propia poesía?
Solo quiero ser lo que te escribo, lo que quiero decir sin decirlo (que es, corazón cobarde, que quiero que alguien llegue a sentir como yo lo hago, de la manera más pura y más bonita que conozco, con lágrimas en los ojos, muchos mocos y una sonrisa estúpida en la cara, porque así es como quieren los niños pequeños, sin prejuicios y con todo su corazón). Que me quieran de verdad, a pesar del frío y la lluvia y más allá de lo que dejo ver de mi.
Volver a confiar en alguien es aterrador, sobretodo en un periodo tan corto de tiempo, pero no es culpa mía, lo juro, es que a mi corazón le vuelven loco los ojos bonitos como los tuyos, los más sinceros que ha visto en mucho tiempo, y no tiene nada mejor que hacer que salir corriendo detrás de ellos, siempre intentando agradarles, y dejarme aquí con un hueco tan grande que no sé ni que hacer con el.
Ahí fuera esta tronando, y parece que algo se ha roto aquí también. He recuperado a mi musa.
Sé que eres causa y efecto, que apagas y enciendes la llama cuando te da la gana, y eso cariño, quema el doble. En realidad todavía no sé quien eres, pero cuando vuelvas a casa, piel con piel, mente con mente, escarbando en ti profundamente, como se descubren los diamantes, voy a intentar averiguarlo. Quiero que no te arrepientas de mi, y en definitiva, quiero ser algo más que una silla ocupada en una clase enorme donde nadie se entera de nada (y sé que odias que piense así, pero con los tiempos que corren, no hay forma de cambiarlo).
Sigo sin entender el por qué de este miedo que tengo a que te vayas y te lleves contigo todo lo que doy y te daría si me dejases. El cielo es algo parecido al olor de tu tabaco desde que llegaste.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)